La India (devánagari: भारत Bhārat), oficialmente la República de la India (devánagari: भारत गणराज्य, Bhārat Gaṇarājya), país del sur de Asia que comprende la mayor parte del subcontinente indio. Es el segundo país más poblado del mundo (después de China), con 1.100 millones de habitantes (estimado en 2004) y alrededor de 400 lenguas, de las cuales la Constitución india reconoce actualmente como oficiales 22, de los cuales los más hablados son el hindi, el urdu, el bengalí, el gujarāti, el panjabi, el asamés, el cachemir, el maratí, el oriya, el sindhi, el sánscrito, el tamil, el telugu, el kannada (o canara) y el malayalam; el más hablado es el hindi; el inglés fue oficial hasta 1965, pero sólo lo habla un 5 % de la población; para que una ley sea válida ha de ser publicada en al menos dos de estas lenguas oficiales. Con 3.287.590 km² es el séptimo país más extenso del planeta.

La India limita al oeste con Pakistán;[1] con Nepal, Bhután y China al noreste; y con Myanmar y Bangladesh al este. Próximas a sus costas en el Océano Índico se encuentran las islas de Ceilán o Sri Lanka y las Maldivas.

Se han encontrado escasos registros arqueológicos que indican que en el periodo neolítico de la edad de piedra, los indios originales fueron dispersados y asimilados en parte por tribus invasoras drávidas (probablemente obeidianos de la zona de Iraq de antes de los sumerios).

En el 2600 a. C., en la zona del actual Pakistán (al noroeste de la India) se crearon varias aldeas, que generaron la civilización del valle del río Indo. En esa época los egipcios estaban construyendo las tres pirámides (2500 a. C.) y la vecina Sumeria (actual Iraq) estaba en su apogeo. Sus dos ciudades más importantes fueron Harappa (jarápa) y Mohenjo-Daro (mojénsho-daro). Se pueden encontrar utensilios y arte harappano hasta la zona de Nueva Delhi. Esta civilización desapareció aproximadamente en el 1700 a. C.

La mayoría de los historiadores coinciden en que —según los registros arqueológicos— un grupo autodenominado aria (los arios) llegaron desde la península de Ankara hacia 1500 a. C. y esclavizaron o desplazaron a los drávidas hacia el sur (donde todavía más de 180 millones de personas hablan en lenguas dravídicas, que representan el cuarto grupo lingüístico del mundo). Los nuevos yacimientos arqueológicos ahora propagan la teoría que la supuesta invasión aria nunca tuvo lugar. De hecho la palabra arya en sánscrito se usa para decir ‘caballero’ o ‘gentilhombre’. Estas teorías también dicen que los arios como raza no existieron. Según parece la antigua teoría tiende a ser cada vez menos aceptada.

Los arios desarrollaron la cultura védica, aunque se cree que algunos elementos propios del hinduismo que no estaban presentes en la civilización védica, como el culto fálico y el dedicado a una todopoderosa Diosa madre, el bañarse en los estanques de los templos y las posturas del hatha-yoga, pueden haber sido heredadas de la civilización del valle del Indo.

Hacia el año 1500 a. C., los arios ya estaban asentados en el Panyab (zona entre Pakistán y la India). Traían consigo su panteón de dioses indoeuropeos, que eran principalmente masculinos, y una ética sencilla y profundamente religiosa. Los dioses del panteón védico sobrevivieron en el hinduismo tardío, pero ya no volvieron a ser objeto de culto: Dyaus Pitar («Celestial Padre», que un milenio después Grecia convertiría en Zeus Patros y 500 años después Roma convertiría en Júpiter. De este Dyus («cielo») proviene la palabra Zeus, Teo y Dios. Este dios a veces es identificado como Indra, rey de los dioses y dios de la tormenta y de la fertilidad; Agni, dios del fuego; Soma, dios del soma (planta sagrada de la que hacían uso los sacerdotes bráhmanas).

Alrededor del año 900 a. C., el uso del hierro hizo posible que los arios pudieran desplazarse hacia el sur, al rico valle del río Ganges, donde desarrollaron una civilización y un sistema social mucho más avanzado.

Durante todo el siglo V a. C. el budismo comenzó a dejar sus huellas en la India.

El Taj Mahal fue construido por rey Shah Jahan como muestra de amor hacia su esposa, Mumtaz Mahal.

Más o menos desde 200 hasta 500, la India fue el paso de varios grupos que venían del noroeste de los Himalayas e hicieron declinar la religión hinduista. Pero durante los 220 años del prolífico imperio de la dinastía Gupta (entre 320 y 540), se terminaron de escribir los Dharma-sastras («libros de leyes», como el de Manu), se comenzaron a construir los grandes templos y se preservaron los mitos y los rituales en los Puranas («lo antiguo»).

A finales del siglo V comenzó la invasión de los hunos blancos (pueblo originalmente mongol o turco), que hacia 550 dominaron todo el norte y centro de la India.

En el año 1000 el sultán Mahmud, rey de Jurasán (actual Afganistán), se adentró en territorio indio, generando un imperio musulmán. En 1310 entraron los mogoles al norte de la India. En 1398 el conquistador mongol Tamerlán entró a la capital, Delhi, y dominó todo el norte de la India. El culto uzbeko Babur —descendiente de Tamerlán y de Gengis Kan— fundó el Imperio Mogol.

Los portugueses llegaron a la India a finales del siglo s. XV. Durante el gobierno de Portugal bajo la Casa de Austria mantuvo su administración diferenciada portuguesa como los demás reinos hispánicos. Después de que Portugal se independizara de España, ambos países siguieron teniendo enclaves comerciales, enmarcadas en los territorios del Imperio Portugués y del Imperio Español.

En el siglo XIX, la victoria del imperio británico contra los mogoles, permitió a los británicos controlar casi todo el país.

El 15 de agosto de 1947 la India se independizó del Reino Unido. Uno de los personajes más influyentes en este periodo fue Mohandas Karamchand Gandhi.

El 21 de julio de 2007, la India elige a la que será su primera Presidenta, Pratibha Patil, al ganarle a Bhairon Singh por 2931 votos, contra los 1449 de Singh.


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